Cómo sanar un corazón roto

Casi Cielo
4 min readNov 13, 2022

--

Generalmente una ruptura (amorosa o platónica) viene acompañada de un corazón roto y un corazón roto no se puede ignorar, es inconfundible; ni pensamos, ni sentimos , ni nos importa otra cosa. Afecta cada parte de nuestros días y de nuestra vida.

Sanar un corazón roto es una pelea en la que es necesario poner toda nuestra intención y determinación para dejar ir, ser compasive con nosotres, volvernos conscientes, reencontrarnos con nuestros valores, y comenzar a sanar.

Dejar ir.

Hay muchas cosas que podemos hacer para empezar a sanar y aunque dejar ir no es fácil, es un primer paso esencial hacia la recuperación. Para sanarnos es necesario tener intención y aceptar que es necesario desprendernos de todo, desde nuestras esperanzas de volver a estar con esa persona hasta los recuerdos felices y los objetos que asociamos con elle. Es importante saber que el desprenderse y dejar ir son procesos únicos para cada persona y es necesario reflexionar sobre lo que significan para nosotres.

Para enfocarnos hacia cómo podemos recuperarnos después de una ruptura podría ayudar conocer algunos de los errores más comunes que cometemos cuando estamos en duelo, empezando con algo de lo que todos hemos sido culpables en algún momento: negarnos a aceptar la explicación de por qué terminó una relación.

Cuando estamos pasando por un dolor inmenso, es probable que intentemos encontrar una explicación que sea igual de monumental como el dolor que sentimos. Entonces, cuando alguien nos da una razón bastante banal o sencilla para la separación, tendemos a rechazarla, nos decimos que debe haber alguna explicación más profunda. Entonces, seguimos con la esperanza de resolver este terrible misterio y pasamos demasiado tiempo haciéndonos preguntas que probablemente nunca vamos a poder responder.

Dejar ir puede ser difícil cuando no podemos encontrar una “buena” explicación para lo que sucedió. Crear nuestras propias narrativas positivas para explicar una ruptura es un buen ejercicio para empezar a sanar. Éstas deben ser realistas pero aún así hacernos sentir bien, por ejemplo que alguien no se siente preparade para establecer el mismo tipo de relación que buscamos.

Ser autocompasives.

Sanar va de la mano con la autocompasión, tratarnos con amabilidad en lugar de culparnos y castigarnos, reemplazar las tendencias negativas con pensamientos comprensivos, pacientes y de apoyo. La mejor manera de entrar en este nuevo estado de ánimo es ser compasive con les demás. Sin embargo, la autocompasión es difícil de mantener y es muy fácil caer en viejas formas de culparse a une misme por lo que es muy importante recordarnos por qué merecemos compasión.

Es importante recordar que nuestras acciones no nos definen y que hay que evitar juzgarnos si terminamos llorando mucho al recordarle o siendo menos productives de lo normal. Es difícil evitar que los pensamientos negativos se arremolinen en nuestras mentes pero centrarnos en el momento sin juzgarnos, sintonizar con nuestras sensaciones, detenernos a sentir el viento en nuestra piel, o concentrarnos en los olores que nos rodean muchas veces ayudan a salir de la espiral de pensamientos negativos.

Por supuesto, en algún momento uno de estos pensamientos visitará nuestra mente y nos preguntaremos algo como “¿De verdad no quiere estar conmigo?” En este momento es importante reconocer el pensamiento y cómo nos hace sentir, contestarlo amable y compasivamente y volver a centrarnos en lo que nos rodea.

Reencontrarnos.

Muchas veces, cuando estamos en una relación “nosotres” tiende a reemplazar el “tú” y “yo”. Pero una vez que volvamos a ser solo nosotres, es necesario tomar un tiempo para volver a conectarnos con quiénes somos, tratar de concentrarnos en la persona en la que nos gustaría convertirnos y qué elementos nos acercarán a esa visión. Reflexionar sobre cuáles actividades nos acercan más a nuestro centro, y ponerlas en práctica, nos permite estar en contacto con nosotres y ocupar ese “hueco” que sentimos que dejó la ausencia de alguien.

No idealizar.

Un último consejo: ¡No idealices a la persona! Después de una ruptura, las personas a menudo vemos el pasado a través de un filtro rosa olvidando los aspectos negativos de la relación, e incluso los de la persona. No se trata de guardar rencores sino de aceptar que no todo era tan bueno como lo recordamos y que es necesario reconocer todo lo negativo que llegó a suceder en la relación.

Tener un corazón roto es parte de la vida y todo ese dolor que lo acompaña es un reflejo del amor que se llegó a sentir y tener (y qué privilegio es llegar a sentir tanto).

Recuerda que sanar requiere paciencia y apoyo, y si bien hay algo de verdad en que el tiempo lo cura todo, no significa que debamos esperar a que nuestro dolor se resuelva por sí solo; es necesario hacernos cargo de él y emprender el proceso de sanarlo. Después de todo, nuestro corazón puede estar roto, pero no nos tenemos que romper con él.

--

--

Casi Cielo
Casi Cielo

Written by Casi Cielo

Revista digital de fans para fans.

No responses yet